

Chapter 5: The Oven
Season 2 Episode 5 | 1h 11m 28sVideo has Closed Captions
A worker at the Montalban Hospital has discovered Victor's true identity.
The investigation is experiencing a major setback, as a worker at the Montalban Hospital has discovered Victor's true identity.
Problems with Closed Captions? Closed Captioning Feedback
Problems with Closed Captions? Closed Captioning Feedback

Chapter 5: The Oven
Season 2 Episode 5 | 1h 11m 28sVideo has Closed Captions
The investigation is experiencing a major setback, as a worker at the Montalban Hospital has discovered Victor's true identity.
Problems with Closed Captions? Closed Captioning Feedback
How to Watch Under Suspicion
Under Suspicion is available to stream on pbs.org and the free PBS App, available on iPhone, Apple TV, Android TV, Android smartphones, Amazon Fire TV, Amazon Fire Tablet, Roku, Samsung Smart TV, and Vizio.

Discover Mysteries, Romances, & More
Explore our hand-picked collections of PBS dramas to find your new favorite show. Browse our catalog of sweeping historical epics, breathtaking romantic dramas, gripping crime thrillers, cozy family shows, and so much more.Providing Support for PBS.org
Learn Moreabout PBS online sponsorship-[enfermera] ¡Víctor!
-¿Sí?
-[enfermera] Tenemos una alerta.
-[Víctor] ¿Cuál?
-[enfermera] La 108.
-[Víctor] ¿Don Pedro?
[quejidos] -[Alain] Víctor, ¿qué haces?
-No sé qué es lo que hago aquí.
[Alain] Tranquilo, ¿eh?
Dame la mano.
¡Víctor!
[quejido] ¡Víctor!
¡Por favor!
¡Ah!
[Lidia] ¿Víctor?
¿Qué le ha pasado?
[Belén] No lo sé.
Parece que lo han atacado.
[enfermero] Tiene toda la pinta de que lo han drogado.
-Comisario Casas.
-Tiene que venir enseguida.
Han atacado a uno de mis enfermeros.
-Víctor Cepeda, el nuevo.
-¿Mi móvil?
Te dejo.
Mantén reposo.
-[Sophie] ¿Qué sucede?
-He perdido el móvil.
Con nuestros teléfonos, mensajes... ¡Todo!
Que triangulen la señal del teléfono.
[Rafael] Hemos localizado el teléfono móvil que estábamos buscando.
[Sophie] Está en las inmediaciones -del hospital.
-O empieza a moverse y sale de allí, o no vamos a saber ni dónde está -ni quién lo tiene.
-A Víctor le drogaron con una sustancia llamada escopolamina.
Es un anestésico que provoca la pérdida de voluntad y de memoria mientras dura su efecto.
Necesito hablar con el responsable del control de los fármacos.
-Soy yo.
-[Sophie] Entonces, estará familiarizada con una medicina llamada escopolamina.
¿Quién tiene acceso al uso de la escopolamina en el hospital?
[Natalia] Pues, aparte de mí, cualquiera.
Supongo que no hace falta que le diga qué es esto.
[Daniel] Una ampolla de escopolamina.
Y la misma droga con la que atacaron a las víctimas del hospital y que usted ha estado robando -durante los últimos meses.
-Y que han utilizado múltiples violadores.
¿También me va a acusar de esos delitos?
El doctor Legarra es inocente.
¿Y la escopolamina?
¿Qué hace con ella?
Creo que conozco la respuesta.
La doctora Sanchis, su neuróloga, me lo confirmó, que la escopolamina a pequeñas dosis podía reducir los síntomas del párkinson.
¿Hace cuánto que no toma su medicación?
No sé de qué está hablando.
Está enfermo, doctor.
Acéptelo y empiece el tratamiento cuanto antes.
¿Sara?
¡Un médico!
¡Rápido!
-¿Qué pasa?
-¡Sara ha despertado!
No he tenido nada que ver en lo que le sucedió a Isabel.
Pero ¿cómo quieres que te crea?
Le voy a contar a tu mujer toda la verdad.
¡Enrique, no hagas tonterías!
¡Enrique!
¿Por qué has tenido que estropearlo todo?
¿Desde cuándo, dice, que falta su yerno -de casa?
-Desde ayer por la noche.
Ni siquiera se ha llevado sus medicinas para la rodilla.
-Tiene una prótesis.
-[Rafael] Hemos encontrado la maleta de Enrique Méndez con su teléfono móvil.
-[Casas] ¿Dónde?
-[Rafael] En Burdeos.
-[Casas] ¿Y él?
-[Rafael] Ni idea.
Es como si se hubiera esfumado.
-[Víctor] ¿Qué pasa?
-Dímelo tú, Víctor, si es que te llamas así.
¿Qué haces con mi teléfono?
Sé que eres policía.
[sirenas] -[Rafael] ¿Dónde vas?
¡Eh!
¡Eh!
-[Belén] ¡Yo no he hecho nada!
[Casas] Doctora Yagüe, ¿qué hacía con el móvil de Víctor Cepeda en su poder después de que le atacaran?
¿Por qué no deja de fingir, comisario?
Ambos sabemos que Víctor es policía.
Le prohíbo terminantemente volver al hospital.
Puedes serles útil dentro del hospital.
[suena música dramática] [Sophie] No podemos mantener a Víctor dentro del hospital.
La doctora Yagüe podría hablar en cualquier momento y poner en riesgo toda la misión.
-No lo hará.
-Víctor, ¿por qué estás tan seguro?
Sabe que soy policía desde poco después que me encontrase en la azotea.
Si hubiese querido desenmascararme, ya lo habría hecho.
¿Y quién le dice que no ha sido así?
[timbre de teléfono] Es del hospital.
¿De verdad necesita más razones para quitar a su hombre de la investigación?
¿Es una opinión o una orden?
Es lo que yo haría si fuese mi subordinado.
Pero no lo es.
¿Qué cree que va a hacer la doctora Yagüe cuando salga de la comisaría?
¿No se da cuenta?
Usted y su imprudencia están a punto de echar por tierra toda la operación.
No voy a permitirlo.
¿Me está amenazando?
Le estoy informando.
Este caso también es mío, y lo está llevando por el camino equivocado.
No creo que sea usted la más apropiada para hablar, ¿hmm?
Porque, ¿dónde está la francesa?
A ver, dígame, ¿dónde está?
Quizá la hubiéramos encontrado si no estuviesen entorpeciendo nuestro trabajo.
¡Hmm!
La doctora Guzmán ha despertado.
Vaya al hospital.
Que nade hable con ella antes que nosotros.
[Alain] No sé si podré evitarlo.
[Sophie] Es una orden.
Vidal, entretenga a la doctora Yagüe.
Que no salga de comisaría.
Sí, señor comisario.
¿Y yo?
De momento, y hasta que decidamos qué pasa con la doctora Yagüe, quédate aquí.
-¿Y qué quieres que haga?
-Como comprenderás, que te aburras es el menor de nuestros problemas.
Si el testimonio de Sara Guzmán es útil, puede que no haga falta que vuelvas a ese hospital.
Ni tú, ni nadie.
¿Viene?
¿O prefiere ir a denunciarme ante sus superiores?
Todo a su debido tiempo.
[suspiro] [suena música dramática] [sirena] ¡No me diga que me tranquilice!
¡Quiero ver a mi mujer!
¡No puede pasar nadie que no sea personal médico!
¡Yo soy médico!
¡Joder!
[Casas] Está bien, agente.
Yo me encargo.
-Tranquilícese, señor Montero.
-Muy bien, yo me tranquilizo.
Dígale a su agente que me deje ver a mi mujer.
Eso es imposible por ahora.
Han arrestado a Ginés y a Daniel.
¿Por qué no puedo entrar?
Su mujer es una pieza fundamental para averiguar el paradero de Catherine Le Monnier.
-Podrá verla más adelante.
-¿Cuándo?
Primero, la comisaria Leduc y yo tenemos que hablar con ella.
[pulso electrónico] -¿Por qué no le dejan pasar?
-Tranquila, Sara.
Son órdenes directas de la policía.
Pero nosotros le tenemos informado de todo.
Quiero verle.
No sabemos si va a entrar, pero hay una persona que tiene que hablar con usted antes.
[se abre puerta] Doctora Guzmán, soy el comisario Casas y ella es la comisaria Leduc.
Quiero ver a mi marido.
-Solo será un momento.
-Comisario, disculpe, pero la doctora Guzmán está muy cansada.
Lo sé, pero yo tengo que encontrar a una mujer desaparecida, y la doctora Guzmán es mi única testigo.
Salgan, por favor.
Usted también.
No pienso hablar hasta que pueda ver a mi marido.
[se cierra puerta] Lo entiendo.
Pero, como imaginará, su testimonio es de vital importancia para nuestra investigación.
¿Ha habido más víctimas?
No, y es justo lo que queremos evitar.
Por el momento, usted es la única que puede ayudarnos.
Su compañera, Catherine Le Monnier, sigue desaparecida.
Cualquier dato que pueda darnos podría salvarle la vida.
¿Qué quieren saber?
[suena música dramática] ¡Un momento!
Si mi cliente es inocente, ¿a qué esperan para ponerle en libertad?
Llevamos una noche muy ajetreada.
Pero si me lo pide por favor, lo haré por usted.
¡Esto es increíble!
¿Puede soltar a mi cliente?
Por...
Favor.
¡Claro que sí, hombre!
¡No hacía falta que me lo pidiera así!
Eh... ¿Qué necesitamos para poner en la calle al doctor Legarra?
-Su firma, señor.
-[Rafael] Muy bien.
Un autógrafo... Ajá.
¡Y listo!
Vaya a pedir que lo suban.
Correcto.
¿Contento?
Abogado, recuerde que todos en algún momento del día nos tenemos que bajar los pantalones para sentarnos en el váter, desde el rey hasta el papa.
[resoplo] [policía hombre] Puede salir.
¡Por fin!
[suena música emotiva] -¿Se va?
-Te lo dije, Ginés.
Los inocentes merecemos algo mejor que esto.
Yo también soy inocente, y no pueden tenerme más tiempo detenido.
Ah, suerte.
¡Doctor Legarra!
¡Hable con doña Adela!
Dígale que ya me he cansado, y que no me voy a seguir callando.
¡Dígale que si piso la cárcel, pienso contarlo todo!
¡Todo!
¡Dígaselo!
[suena música dramática] ¿Qué coño haces aquí?
¿Tu padre no te dijo que no salieras?
¿Cuándo he obedecido yo a mi padre?
¿Dónde está la doctora Yagüe?
No me toques los cojones, hijo.
No puedes hablar con ella.
¡Nos vas a buscar un marrón a los dos!
No creo que vayan a cambiar mucho las cosas, ¿no?
Si no hablo con ella, la francesa me va a dejar fuera del caso.
Por favor, Vidal.
Está en la sala de interrogatorios.
Pero yo no te he visto entrar.
Gracias.
[suspiro] ¡No tengo nada que hablar contigo!
¡Me quiero ir de aquí!
-¿Qué?
-Entiendo que te sientas así, pero es mi trabajo.
¿Engañar a la gente?
Soy policía.
Me invento una vida, analizo la de los demás y me gano su confianza para conocer todas sus miserias.
Cada vez que empiezo un nuevo caso, me asomo a un pozo lleno de mierda y la saco a la luz.
¿Te sientes orgulloso?
Algunas veces sí, la mayoría no.
Pero no importa cómo me sienta yo si consigo salvar la vida de alguien.
¿Y qué pasa cuando te vas?
La gente se sorprende, luego se cabrea... Y después, ni idea.
Ya no estoy para comprobarlo.
No.
¿Qué pasa contigo?
Vuelvo a casa y empiezo otra vez.
Es la parte buena, que nunca te aburres.
Yo no podría estar siempre fingiendo ser alguien que no soy.
Bueno, a veces tengo suerte y puedo dejar de fingir, como ahora.
Además, no todo lo que digo es mentira.
Hay algo que te dije que es totalmente cierto.
Me llamo Víctor.
-¿Qué quieres?
-Que guardes mi secreto y me ayudes a encontrar a los culpables del asesinato de Isabel y la desaparición de Catherine.
[suena música emotiva] [hombre] Doctor Valencia, acuda a primera planta.
Y fui a despedirme de Gorka para decirle que salía ya y que, y que lo esperaba en casa.
Y seguí por el pasillo.
Y de repente alguien se me acercó por detrás, y no le, no le vi la cara, pero sentí su, su mano en mi boca.
Y llevaba una gasa o algo.
Y... Ah... No me acuerdo de nada más, hasta la ambulancia.
¿Despertó en la ambulancia?
No.
De la ambulancia solo tengo flashes.
Pero recuerdo el aire fresco al salir de allí, y que eso me despejó un poco.
Y unos segundos después, estaba encerrada en otro sitio mucho más oscuro.
El maletero del coche de Isabel Freire.
Está bien.
No sabía que era su coche.
Solo pensar que podría haber acabado como ella... ¿Vio en algún momento a Catherine Le Monnier?
-No.
-¿Oyó al secuestrador o secuestradores hablar sobre ella?
[Sara] No.
Lo siento.
No.
[Sophie] ¿Algún indicio que signifique que la tienen retenida?
-Comida... -No lo sé.
No lo sé, no lo sé, no lo sé.
Tranquila.
Volvamos a ese maletero.
Buscando algo con lo que poder defenderme, apreté un muñeco.
Y me di cuenta de que era uno de esos peluches con los que puedes grabar un mensaje.
Fue usted muy lista y muy valiente.
[Sara] Y al cabo de un rato, el coche se paró.
El maletero se abrió.
[murmullos] Luego ese, ese hombre volvió a drogarme.
¿Qué fue lo siguiente que recuerda?
Desperté en el foso y grité, lloré.
Y cuando me acordé de, de la pobre Isabel y cómo acabó ella, intenté salir de allí.
Y lo intenté una y otra vez, hasta que me caí.
Y no me acuerdo de nada más.
En todo el tiempo que estuvo en el foso, ¿no vio ni oyó a nadie?
[Sara] No.
Lo siento.
Juraría que estaba ahí sola.
Volvamos un momento al hospital.
Cuando fue a despedirse de su marido, ¿había alguien más con él?
¿Alguien que la escuchara decir que se iba ya?
No lo sé.
Estábamos en el pasillo de quirófano, y él estaba a punto de entrar a, a operar.
Y había mucho ajetreo de, de enfermeros y celadores.
Doctora Guzmán, escúcheme.
Entiendo que no esté muy segura, pero... ¿Ginés Castillo la llevó hasta la ambulancia?
¿Quién?
Ginés Castillo, celador de este centro.
Yo soy psiquiatra.
No tengo contacto con los celadores.
A lo mejor si pudiera verle, tal vez... No sé.
¿Estaría dispuesta a ir por la mañana a comisaria a hacer una rueda de reconocimiento con el sospechoso?
Claro.
[Casas] Y una última pregunta.
¿por qué renovó el pasaporte precisamente un día antes de su desaparición?
¿Cómo saben eso?
Hemos removido cielo y tierra para encontrarla.
Fuimos a Nueva York en nuestra luna de miel.
Era un regalo para Gorka.
Imagino que ya no será una sorpresa.
Me temo que no.
Lo siento.
Pero en cuanto se mejore, váyanse igual.
Se lo han ganado.
[Sara] Esperen.
Gracias por haberme encontrado.
Es nuestro trabajo.
[suena música emotiva] [hombre] Personal de Urgencias, acuda a entrada dos.
Disculpe la espera.
Puede pasar.
Pase con él.
¿No puedo ver a mi mujer sin que me estén mirando?
Lo siento.
Es todo lo que puedo ofrecerle.
Si no le parece bien, puede seguir esperando afuera.
[suena música dramática] [Gorka] Ya está.
Ya ha pasado.
Sara... [suspiro] Pensé que iba a perderte.
[sollozo] [Gorka respira profundo] [Casas] Está bien, señor.
El juez no aceptará el testimonio de una mujer recién salida de un coma y que ha sido drogada repetidamente durante su cautiverio.
No tenemos nada.
¿Qué voy a decirles a los padres de Catherine Le Monnier?
¿Cuánto tiempo más puedo darles largas sin una sola prueba sobre su hija?
¿Nunca se ha enfrentado a una situación así?
Nunca.
He tenido muchos, muchísimos casos, tan complicados como este o más, pero aquí hay un problema, usted.
¿Perdón?
Siento que no tengo fuerzas para dar la cara ante la familia Le Monnier porque no soy la responsable total de la investigación.
Comisario, yo no dudo que usted sea un gran profesional, pero siempre he llevado el mando en los casos.
Déjeme tomar las riendas, y le aseguro que empezaremos a tener resultados.
Se supone que íbamos a trabajar en equipo.
Usted estaba de acuerdo.
Lo siento.
No sé hacerlo.
Pues, tendrá que aprender.
¿Prefiere mantener una jerarquía que claramente no está dando resultados antes que darme la última palabra?
Eso sería aceptar que mis hombres y yo no podemos hacernos cargo del caso.
Víctor acaba de echarlo todo a perder.
Víctor es el mejor agente infiltrado -que he tenido nunca.
-No ha tenido de tener muchos.
¡No me dé lecciones!
Ustedes no resolvieron nada.
-Incluso murió una mujer.
-¿Me está responsabilizando -del asesinato de Isabel Freire?
-Ni mucho menos, pero quiero que vea que solo desde que Víctor entró en el hospital se hicieron progresos.
Así que deje de hablar de lo buena que podría ser y empiece a demostrarlo.
[timbre de teléfono] Dime, Víctor.
[Víctor] Ella está dispuesta a colaborar -y no va a delatarme.
-No vamos a usar a una civil.
¡Por favor!
Seguro que no es la primera vez que lo hace.
Estamos en una situación extrema.
-¡Ni hablar!
-La doctora Yagüe está dispuesta a hacerlo.
Podemos poner en peligro su vida.
[Víctor] No va a hacer nada peligroso.
Con ella podemos llegar a sitios a los que no tenemos acceso.
-¡Es una imprudencia!
-Una imprudencia es dejarme fuera y no contar con la colaboración -de la doctora Yagüe.
-¿De verdad va a renunciar a todo eso llamando a sus superiores?
¡No me parece bien!
[Casas] Por suerte, usted no es mi superior y no tengo que pedirle permiso.
Controla todos y casa uno de los pasos que dé.
Que haya descubierto tu identidad no la hace menos sospechosa.
[Víctor] Lo tendré en cuenta.
No volveré a fallar.
¡Vamos!
Alain!
Attendez!
Necesito que haga algo en el hospital, pero ellos no pueden saberlo.
[suena música dramática] Si vamos a trabajar juntos, hay cosas que tenemos que aclarar.
La primera de todas: no trabajamos juntos.
-Ajá.
-No eres policía.
Nosotros decidimos quién es sospechoso y quién no.
Nosotros damos las órdenes.
[Belén] Nunca se me ha dado bien obedecer.
[Víctor] A mí tampoco, pero tendrás que aprender.
-¿Qué queréis que haga?
-[Víctor] Como has podido ver, no soy el mejor enfermero del mundo.
-Tendrás que ayudarme.
-¿Quieres que te dé clases?
Quiero que me cubras cuando la cague con un enfermo o con mis ausencias, que me ayudes con ese demonio de jefa que tengo.
No va a ser fácil cubrirte con Lidia, ¿eh?
Por eso te necesito.
Sobrevivir a esa tía es más complicado que resolver el caso.
Sé que es difícil, teniendo en cuenta que Isabel era tu mejor amiga.
Pero cualquier cosa que oigas o sepas, dínosla.
No tomes ninguna decisión por tu cuenta.
Es imprescindible que confiemos los unos en los otros.
Tenemos que asegurarnos que lo que le ha pasado a tus compañeras no se vuelva a repetir.
Aunque no tenemos toda la información, nosotros confiamos en ti, Belén.
Hecho, comisaria.
Micros, baliza... Todo.
[Sophie] ¿Te ha visto Víctor?
-No.
- Excellent.
Merci.
¿No le enseñaron que es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas?
Es gracioso que diga eso, porque nos pasamos la vida haciéndolo.
[Rafael ríe] ¿Qué quiere, Vidal?
Está a punto de cumplirse el plazo de detención de Ginés Castillo.
Y con lo que tenemos contra él, me temo que vamos a tener que se vaya de rositas.
-Hmm.
-Y es lo más parecido que tenemos a un culpable.
Hay que conseguir que Sara Guzmán haga memoria.
Ayer se mostró dispuesta a venir a reconocerle.
Tráigala antes de que se lo lleven a prisión y todo sea más complicado.
Esa mujer acaba de salir del coma.
Ha tenido mucha suerte.
Podría seguir desaparecida, como Catherine Le Monnier.
[suena música dramática] [Gorka] Te quiero mucho, mi vida.
[sollozo] [voces por el interfono] [suspiro] [golpe a la puerta] [se abre puerta] Con permiso, señores.
Es el inspector del caso.
Sé quién es.
Buenos días.
¿Cómo se encuentra?
Bueno, me duele todo.
Estoy muy cansada.
Si ha vuelto para hacer más preguntas, lo siento mucho, pero no recuerdo nada nuevo.
Solo quiero volver a casa.
A casa no sé si podré llevarla, pero ¿qué le parece... un paseíto a comisaría?
¿Hmm?
¿A la comisaría?
¿Qué coño está diciendo?
Se me relaja, ¿hmm?
El testimonio de su mujer es importante para nosotros.
Quizás podamos ayudarla a recordar.
¡Mi mujer no se mueve de aquí!
Gorka, quiero ayudar.
[Gorka] Sara, ¿qué dices?
Estás muy débil.
Solo necesitamos que vea a alguien.
No tendrá que hacer nada más.
¿A alguien?
¿A quién?
[suena música dramática] [exhalación] [suena música dramática] Doctora Guzmán, no quiero que se sienta presionada, pero su testimonio es fundamental para la resolución del caso.
Lo sé.
Si hay algo peor que un delincuente ande suelto es que un inocente pague por algo que no ha hecho, así que le pido que se tome su tiempo para reconocer al sospechoso y... y que esté muy segura antes que acusarlo.
¿Lo conocía?
No lo conocía por su nombre, pero, pero su cara... Me suena haberle visto en el hospital.
¿Es él?
¿Cuánto tiempo van a tenerme aquí?
¿Eh?
¡Déjenme salir de aquí!
¿Me oyen?
¡Yo no he hecho!
¡Yo no he hecho nada!
Doctora, ¿es este el hombre que le atacó?
No sé.
Podría ser, pero... No nos vale un "podría ser".
¿Es él o no?
¡No tienen nada contra mí!
¡Quiero irme de una puta vez!
¿Señora Guzmán?
Es él.
¿Está segura?
Cuando me metieron en el maletero del coche y me pusieron el pañuelo en la boca, vi... Creo que es un tatuaje, como, como una telaraña.
Señor Castillo, por favor.
Comisario, ¿es usted?
Tiene que creerme.
Relájese.
¿Puede enseñarnos su mano izquierda?
¿Qué?
¿Qué quiere de mí?
De momento, solo eso.
No es tan complicado.
Dele la vuelta.
[suena música dramática] ¿Es él, señora Guzmán?
Sí, sí, sí, sí, sí.
¿Segura?
Sí.
[sollozo] Por favor, sáquenme de aquí.
[llorando] No quiero verle más.
Acompáñele fuera, y que tome un poco el aire.
[Sara solloza] [suena música dramática] [Casas] Siéntese.
Comisario, ¿puedo irme?
Ya han liberado al doctor Legarra, ¿no?
Le juro que yo también soy inocente.
Un testigo acaba de reconocerle.
Usted agredió a la doctora Guzmán.
¿Qué?
¡No, no, no, no!
¡Eso no puede ser!
Le ju... ¡Basta ya!
Solo le voy a hacer dos preguntas: ¿dónde está Catherine Le Monnier?
[Ginés] No lo sé.
-Ya le conté lo de la sangre.
-[Casas] ¿Dónde está?
Intentó suicidarse, pero yo no tengo nada que ver.
Un intento de suicidio que nunca existió.
Segunda pregunta: ¿quién es su cómplice?
-¡Que no tengo ningún com...!
-[gritando] ¡No me mienta más!
¡No tengo cómplice, señor, porque yo no he hecho nada!
¡Yo no he hecho nada!
Muy bien.
Si usted no colabora, no me deja otra opción.
Adelante.
En unas horas vendrá el furgón para trasladarle a prisión.
Piénselo bien.
Si colabora, puede que el juez tenga un poco de piedad.
[suena música dramática] ¿No está Miguel?
[Alain] No, no ha llegado todavía.
Si te puedo ayudar yo... Eso espero, porque yo no sé qué hacer con esto.
[Alain] Bueno, esa es una prótesis.
-¡Hmm!
-[Alain] Por la forma, parece una rótula.
Me la ha entregado un celador.
La ha encontrado en el crematorio.
Ha mirado la orden de trabajo de hoy y, al parecer, no corresponde con ninguno de los cremados del día.
Eso es imposible.
[Marcos] Pues, tú me dirás qué hago con ella, porque no la voy a llevar a objetos perdidos.
[Alain] Las prótesis tienen un número de serie.
Si la pusieron aquí, en el hospital, solo hay que buscar de quién es.
[suena música dramática] Aquí esta.
¿Y?
Es del, del paciente de la 304.
A ese lo cremaron ayer.
¿Y qué hago con ella?
¿La guardo hasta que llegue Miguel?
No, no hace falta.
Ya se lo doy yo cuando vuelva.
¡Gracias, tío!
Desde que detuvieron a Ginés, el horno es un cachondeo.
¡Vamos!
[Daniel exhala] [golpe a la puerta] [Daniel exhala] ¡Adelante!
¡Qué ganas tenía de volver!
¡No sabe lo lento que puede pasar el tiempo encerrado en un calabozo!
Yo también tenía ganas de que volvieras.
Has hecho mucho por mí y por este hospital.
El Montalbán también ha hecho mucho por mí, doña Adela.
Eso es verdad.
Por eso estoy segura de que nunca harías nada que pudiera comprometer la imagen de este centro.
No, no entiendo por qué dice eso.
Ha quedado totalmente demostrado que soy inocente.
Hay muchas maneras de ensuciar el hospital.
Por ejemplo, poner en peligro a tus pacientes.
No sé de qué habla.
¿Hmm?
¿Adónde quiere ir a parar?
No sé.
Eso dímelo tú.
Soy el mejor cirujano que ha pasado por este hospital.
Jamás tiraría piedras sobre mi propio tejado.
Eso espero, porque el tejado del Montalbán no puede aguantar ya más peso.
Entonces, debería hablar con Ginés.
No sé qué se trae entre manos con él, pero me dijo que si acababa en la cárcel, hablaría con la policía.
[suena música dramática] Es una prótesis de rodilla.
Estaba en el horno crematorio.
¿Cómo sabe que era de Enrique Méndez?
Tiene un número de serie.
Lo he contrastado con el de su historial médico y coinciden.
No sabemos para qué fue al hospital.
[Alain] Y acabó en el crematorio.
Quizás descubrió quién había matado a su mujer.
Y en lugar de denunciarlo, se tomó la justicia por su mano.
Y no le salió muy bien la jugada, porque se lo han quitado de en medio bien quitado.
Enrique Méndez descubre quién es el asesino de su mujer y va al hospital.
Discuten, y el asesino acaba con él.
¿Qué hace con el cuerpo?
Lo mete en el horno y se deshace de todo, excepto del teléfono, que lo utiliza para despistarnos.
Escribe el mensaje de despedida, lo mete en una maleta rumbo a Burdeos, pero falla con el nombre del niño.
Y no sabía que tenía una prótesis que resistiría al fuego.
[Casas] Lo que significa que el culpable puede que pertenezca a su círculo, -pero no es muy allegado.
-Quedarían descartados -familiares y, y amigos íntimos.
-Como la doctora Yagüe.
Si en la maleta del autobús llevaba ropa de Enrique Méndez, tuvo que entrar en la casa para cogerla.
Vidal, ve y registra la vivienda.
-Quizá encontremos algo.
-A la abuela ahora no le va a venir mal un poco de compañía.
[Casas] No le diga nada sobre la muerte de su yerno.
No quiero que esto trascienda.
El asesino cree que se ha salido con la suya.
Dejémosle creer que nos saca ventaja.
[Rafael] Sí, señor.
[Casas] Alain, analiza el horno.
Puede que encuentres restos, sangre... Cualquier cosa nos vale.
Sé discreto.
Muy bien.
-¡Víctor!
-[Víctor] ¿Sí?
Intenta reproducir las últimas horas de Enrique en el hospital.
Hay que averiguar con quién se vio.
[Sophie] Doña Adela le ofreció un trabajo.
Puede que fuera a hablar con ella.
Puede.
Y quizás se viera con alguien más.
Belén era la mejor amiga de su mujer.
[Víctor] Y Miguel Manrique, el amante.
Pero él no lo sabía.
O eso es lo que creemos.
Abrid bien los ojos y encontrad al asesino ya.
Revisen el salón y el dormitorio.
Busquen huellas, fibras, pelos, fluidos, sangre... Y dense prisa, que no tenemos todo el día.
¡Venga!
¡Vamos!
Inspector, por favor.
-Diga, señora.
-Dígame la verdad.
¿Usted sabe lo que le ha pasado a mi yerno?
¿Le han secuestrado o...?
Aún es demasiado pronto para saberlo.
[suspiro] Le tiene que haber pasado algo malo.
Estoy segura.
Él no abandonaría así a su hijo.
Enrique no.
Jamás.
La gente hace cosas muy raras bajo presión.
Pero no se preocupe, señora, que en cuanto sepamos algo con certeza, se lo haremos saber.
[policía hombre] ¡Inspector!
¡Mire lo que hemos encontrado!
-¿Y eso?
-Es de cuando le pegaron en la comisaría.
¡Nos la llevamos!
¿De verdad que no sabe nada?
Me está mintiendo.
Barajamos varias hipótesis, incluida una en la que alguien haya podido colarse aquí, en el domicilio, sustraer las cosas de su yerno y fingir su huida.
¡Lo sabía!
[Rafael] De momento es solo una hipótesis.
Pero ¿quiere ayudarnos?
¡Por supuesto!
Desde que su yerno salió de aquí, de casa, ¿cree que hubo algún momento en que alguien pudiera colarse aquí?
A ver... Mmm, yo solo he salido a comprar por aquí cerca y, y cuando fui con el niño al parque.
Ajá.
[suena música emotiva] [hombre] Doctora Restrepo, la esperan en el cuarto tres.
¡Señora Valcárcel!
¡Señora!
¡Ah!
Disculpe, no la oí llegar.
Me gustaría hablar con usted sobre Enrique Méndez, el marido de Isabel Freire.
Según tengo entendido, usted le ofreció un trabajo tras la muerte de su esposa.
Sí.
Llevaba mucho tiempo sin trabajar y estaba muy afectado.
El día del funeral de Isabel le ofrecí la vacante de Ginés Castillo.
La madre de Isabel nos dijo que Enrique había quedado con usted para la entrevista de trabajo.
Sí, así es.
Pero no vino.
Entonces, no ha aparecido por el hospital.
No ha ido a su despacho.
Comisaria, me paso la vida entre estas paredes.
Si Enrique hubiera venido a verme, lo sabría o alguien me habría avisado.
¿Ha ocurrido algo?
No, solo que necesitamos hacerle unas preguntas si no lo localizamos.
Si lo ve, no dude en avisarnos.
Así lo haré.
[suena música dramática] [Belén] ¿Enrique?
¿Aquí, en el hospital?
-No.
-¿Estás segura?
Sí.
De todos modos, dudo mucho que me viniera a ver a mí.
-¿Por qué?
-Porque Enrique cree que yo cubrí a Isabel.
[Víctor] ¿Y es verdad?
A ver, Isabel no era feliz con Enrique.
Ella luchó por su matrimonio, pero él se había rendido hacía ya mucho.
Mira, no me siento orgullosa de haber sido su tapadera, y mucho menos con el imbécil de Miguel.
[Víctor] ¿Estaba enamorada de él?
[Belén] Yo creo que sí, pero se llevó una buena decepción al ver cómo la dejaba tirada con lo del embarazo.
Aunque todo eso le sirviese para abrir los ojos, decidir separarse, empezar una nueva vida.
Y justo cuando iba a dar el paso... ¿Por qué me preguntas por Enrique ahora?
[Víctor] ¿Crees que Enrique sabía que su mujer le estaba poniendo los cuernos con Miguel?
¿"Sabía"?
¿Hablas en pasado?
O sabe, es una forma de hablar.
¡Ajá!
¿Qué está pasando, Víctor?
Su suegra está preocupada.
No ha pasado por casa y tenemos razones para creer que la última vez que se le vio fue en el hospital.
[Belén] Como a Isabel.
[Víctor] Y como a Catherine.
[Belén] ¿Tú crees que...?
[Víctor] No lo sé, pero necesito saber a qué vino y con quién se reunió.
Yo no puedo preguntarle a Miguel, pero tú sí.
[Belén] Enrique no sabía que Miguel era el amante de su mujer.
Quizás se enteró después, y por eso vino aquí.
¿Podrías ayudarme?
[suena música dramática] [Belén] ¡Miguel!
[Miguel] ¡Ah!
¡Belén!
¿Qué haces aquí?
[Belén] Te he buscado en tu despacho.
Necesito hablar contigo.
Ahora estoy un poco liado, ¿eh?
¿Es importante?
Es sobre Enrique.
¿Enrique?
¿Le ha pasado algo a Enrique?
Estoy preocupada.
Había quedado con él aquí, y no ha venido.
¡Vaya!
-¿Le has llamado al móvil?
-[Belén] No lo coge.
Ayer tuvo una entrevista de trabajo con Adela y no vino.
Su suegra dice que salió de casa y no lo ha vuelto a ver.
¿Tú sabes algo?
[Miguel] No.
Y como te puedes imaginar, la última persona con la que querría quedar es con Enrique, el marido de Isabel.
Bueno, igual lo has visto por el hospital.
No.
Me imagino que Enrique estará pasando un mal momento, ¿no?
Ponte, ponte en su lugar.
Yo no sé qué haría si mataran a mi mujer.
Pero estoy seguro que tomaría un tiempo para aclararme.
A lo mejor se ha ido unos días de viaje para organizar su cabeza, ¿no?
¿Tú dejarías a tus hijos solos?
¿Así, de la noche a la mañana?
No, nunca.
En todo caso, él no ha dejado al niño solo.
Está Lola para cuidar de Kiko, ¿no?
[Belén] No lo sé.
No sé.
Mira, Isabel dejó a Enrique precisamente porque nunca fue capaz de dar un paso por cambiar su vida.
Y de repente se marcha así, sin ni siquiera llevarse sus medicinas.
¿Qué medicinas?
[Belén] Enrique tuvo un accidente de coche hace unos años y tenía dolores.
Sufrió una fractura compleja de rodilla.
Llevaba una prótesis.
-¿Una prótesis?
-Sí.
Sí.
Bueno, igual, igual tienes razón y se ha ido solo unos días.
Bueno, seguro que vuelve.
Y ahora, si me disculpas, tengo algo que hacer, ¿eh?
Vale.
[suena música dramática] [marcación de teléfono] Víctor, es Miguel.
Miguel mató a Enrique.
Luego te lo explico, pero no podemos dejarle escapar.
¿Me oyes?
Avisa a Vidal.
[suena música dramática] ¿Te marchas?
Eh, sí.
Es el cumpleaños de mi hijo.
Un día es un día.
[Alain] Pero tenemos dos autopsias que hacer.
Bueno, hazlas tú.
Y si no, de ahí no se van a mover.
[risa] Miguel, ¿estás bien?
Perfectamente.
No lo parece.
Si tienes algún problema, sabes que puedes hablar conmigo.
Ahora mi único problema eres tú.
[resuello] ¡Perdón!
[marcación de teléfono] Está saliendo.
[suena música de suspenso] ¡Hijo de puta!
[llamado por el interfono] ¡Ah!
¡Pero coño!
¡Joder!
¡Ay!
¡Lo siento, lo siento, lo siento!
Te-tengo ropa limpia en la taquilla.
¡Yo también tengo ropa limpia!
[timbre de teléfono] [Víctor] Va a cambiarse.
Date prisa.
¡Estupendo!
[suena música de suspenso] [alarma] [timbre de teléfono] [tos] -¿Dime?
-[Elena] Hola, cariño.
-¿Te queda mucho en el trabajo?
-Un poco todavía.
[Elena] No me digas que vas a llegar tarde.
-No, no, no.
-[Elena] Oye, ¿has comprado -el regalo de Héctor?
-¿Qué?
[Elena] El regalo de Héctor.
¿Lo has comprado?
-Sí.
-[Elena] ¿Qué le has comprado?
[Miguel] Le he comprado el castillo que quería.
[Elena] ¡Ah!
¡Muy bien!
Le va a hacer mucha ilusión.
[Elena] ¿Estás bien?
Sí.
Sí, solo que parece mentira que hayan pasado ya cinco años, ¿no?
[Héctor] ¿Es papá?
Quiero hablar con él.
[Elena] Sí.
Espera, que hay alguien que quiere decirte algo.
[Héctor] ¡Papá!
¡Hola, hijo!
¡Felicidades!
[Héctor] Papá, ¿me has comprado el regalo?
-Sí.
-[Héctor] Hay tarta para comer.
No tardes.
No tardo, hijo.
[suena música emotiva] Te quiero mucho.
Héctor... recuérdalo.
[suena música emotiva] [motor chasquea] ¡Venga!
¡Joder!
[risa] [suena música de suspenso] ¿Qué coño pasa?
[motor chasquea] ¡Venga!
¡Joder!
[exhalación] [claxon] ¿Algún problema?
No.
Que no, no, no, no me arranca.
No arranca.
[tos] Mucho ordenador y mucho coche inteligente, y a la hora de la verdad, siempre te dejan tirado -cuando más lo necesitas.
-[Miguel] ¡Sí!
[risa] Exactamente igual que las personas.
¿Perdón?
¿De quién es el cumpleaños?
De mi hijo.
Pues, suba, que ya le llevo yo.
Su casa me coge de camino.
[Miguel] ¿Mi casa?
Pero ¿cómo sabe dónde vivo?
La policía no es tonta, -doctor Manrique.
-[Miguel] No.
¡Ah, sí!
-[Rafael] Venga, suba.
-Eh, no, no.
Le, le agradezco.
Eh, llamo a la grúa y, y voy en un taxi.
-De verdad.
No, no, no... -[Rafael] ¡Que no!
¡Que no, hombre!
¿Qué taxi?
¡Que ya le llevo yo!
Si no, va a llegar muy tarde, además... no querrá dejar a su hijo tirado, ¿no?
No.
Esas cosas son las que un niño nunca olvida.
¡Venga!
¡Suba!
Voy.
[suena música dramática] [suspiro] [alarma] Gracias.
[tos] Y, usted, ¿cómo hace para que no le afecte?
¿El qué?
Un muerto.
Es usted forense, ¿no?
¡Ah!
Sí.
Claro, sí, sí.
[Rafael] Hmm... Es que como me acaban de trasladar aquí, a la capital, muertos, lo que se dice muertos, más allá de los velatorios de los abueletes, pues, la verdad no he visto muchos.
A todo se acostumbra uno.
Usted no tardó mucho en acostumbrarse, ¿no?
¿Por qué cree eso?
Se le ve un hombre seguro de sí mismo, capaz de cualquier cosa.
Supongo que para hacer lo que hace, debe tener la misma sangre fría que los cadáveres que tiene delante.
Bueno, tanto como sangre fría... A veces, las apariencias engañan.
No se crea, doctor Manrique.
Reconozco a una persona así en cuanto la tengo delante.
[suena música de suspenso] -Su casa.
Ya hemos llegado.
-[Miguel] Sí.
Bueno, pues, muchas gracias.
[Rafael] ¡Doctor Manrique!
¿No se le olvida algo?
[suena música de suspenso] [suena música emotiva] [hombre] Personal de enfermería, a planta dos.
Ya visto que te alegras mucho de verme.
Daniel, no me toques los cojones.
Puede que seas el favorito de Adela y que la policía no tenga nada contra ti, pero es no te convierte en inocente.
¿Y eres tú el que decide quién es inocente y quién no?
¿Eh?
Por aquí tenemos mucho que callarnos todos, y lo sabes.
Si no tenías nada que ver,¿ qué coño hacías llevándote las ampollas de escopolamina?
Dicen que es la droga con la que atacaron -a Isabel y a Sara.
-Yo no tengo por qué darte explicaciones, pero te juro que yo no le he hecho nada a Sara.
-¿Me oyes?
-Daniel, yo no he sido.
Si tú dices que tú tampoco, -entonces, ¿quién?
-No lo sé.
Vale, pero alguien intenta jodernos.
Y de momento, ha intentado echarme la mierda encima, ¿vale?
[Gorka] ¿Por qué iban a hacer eso?
¡Yo qué sé!
¿Eh?
Pero está claro que tenemos que andarnos con cuidado.
No, no te fíes de nadie, ¿vale?
Solo me fío de mí mismo.
Así que, por si acaso, mantente lejos de mi mujer.
Eh.
[suspiro] Ah.
¿Pensabas que no iba a recibirte como te mereces?
[resuello] ¿Tú también dudas de mí?
Estaba asustada.
Y aunque el prestigioso doctor Legarra no quiera reconocerlo, todos lo estábamos.
Ya.
Tenía muchas ganas de verte.
-¿Sí?
-Sí.
No he dicho nada de tu enfermedad.
[suena música emotiva] Tenemos que cuidar el uno del otro, ¿no?
¿A qué te refieres?
Pues, que es lo hacen las parejas.
¿Las parejas?
Es lo que le he dicho a la policía que éramos.
¿Qué tiene de malo?
Nada, solo que tú y yo no somos pareja.
Yo nunca te he prometido nada.
Eres un cabrón.
¡Venga!
¡Va!
No, no dramatices.
Lo hemos pasado bien, y podemos seguir haciéndolo.
-¡Natalia!
¡Natalia!
-Deberías respetarme más.
Sé demasiadas cosas.
[portazo] ¡Natalia!
-¡Natalia!
¡Escúchame!
-[Natalia] ¡Déjame en paz!
[Daniel] ¡Natalia!
[suena música dramática] Dime, ¿qué quieres?
¡Natalia!
¡Vamos a hablar!
¡Ven!
-¡Suéltame!
-Te has vuelto loca, ¿o qué?
[Natalia] No.
Lo que he sido es una imbécil, por creerte.
¡Venga!
¡Va!
¡Que ya somos mayorcitos!
¡Que me sueltes!
¡Natalia!
-[Natalia] ¡Ah!
-¡Natalia!
¡No la muevas!
¡No la muevas!
La reciente puesta en libertad sin cargos del cirujano Daniel Legarra ha supuesto un giro inesperado en el caso de los ataques del que ya se conoce como "Asesino del policlínico".
Dicha liberación ha supuesto un revés a la investigación policial, que con la detención del conocido cirujano esperaba cerrar el caso y dar con el paradero de la desaparecida Catherine Le Monnier.
Hemos intentado ponernos en contacto con... ¿Ha visto las noticias?
No, no me hace falta.
Imagino lo que dicen.
¿Viene a regocijarse?
No estoy de humor, ni para eso ni para contestar a las llamadas perdidas de mis superiores.
No está acostumbrada.
Francamente, no.
Lo de Cienfuegos debió de ser duro.
Dígame la verdad, está convencida de que somos una banda de inútiles.
Descubrieron a los culpables.
Descubrimos que no había culpables, solo unos niños asustados que no querían que sus padres se separasen.
Lo descubrimos muy tarde.
Demasia... Esta vez no vamos a dejar que ocurra lo mismo.
-¿Qué tenemos?
-Confirmado.
Miguel Manrique era amante de Isabel y está involucrado en la muerte de su marido.
¿Tenemos pruebas?
[Víctor] La doctora Yagüe habló con él.
Y cuando le contó que Enrique llevaba una prótesis, hizo justo lo que podríamos esperar del asesino.
[Alain] Le vi buscando la prótesis en el horno.
Y Enrique Méndez se entera de que Miguel es el amante de su mujer.
Se siente humillado y se presenta en el hospital.
Discuten, la pelea se les va de las manos y Miguel mata a Enrique.
El pelo que encontré en el crematorio coincide con el de su ADN.
Asustado por lo que acaba de hacer, Miguel mete el cuerpo en el crematorio y se deshace de él.
¿Y por qué hacer todo esto y no alegar sencillamente defensa propia?
Porque su relación con Isabel Freire -saldría a la luz.
-Así que se queda con el teléfono y manda un mensaje para evitar que le den por desaparecido.
Tiene sentido, ¿no?
La historia tiene sentido, pero... según el informe de Científica, el móvil no tiene una sola huella.
Está limpio.
Solo tenemos conjeturas.
[Alain] Putain!
Justo después de buscar la prótesis fue a sacar un billete de avión para esta misma noche.
-¿Qué más necesitamos?
-Una prueba.
¿Dónde está Miguel Manrique?
En su casa.
Pero si decide poner un pie en el aeropuerto o intenta huir, -nuestros hombres le detendrán.
-¿Con qué motivo?
Como el asesino de Enrique Méndez, como mínimo.
[Rafael] Le tenemos, comisario.
Calma.
Solo son pruebas circunstanciales, nada sólido que llevar ante un juez.
Por no tener, no tenemos ni cadáver.
[Sophie] Nosotros lo sabemos, pero ya hemos hecho el ridículo con el doctor Legarra.
Y no les extrañe que el celador salga también a la calle.
Nuestras posibilidades se han acabado.
No nos van a permitir ni un solo paso en falso más.
-¿Comisario?
-Nadie va a hacer nada hasta nueva orden.
¿Entendido?
Entendido.
Entendido.
¿Vidal?
Sí, señor.
¿Estás de acuerdo con esto?
¿Eh?
¿Vamos a permitir que ese hijo de puta siga por ahí danzando?
Ya has escuchado al comisario.
No podemos hacer nada.
-No sin pruebas.
-Y no las hay.
-No cuesta nada que las haya.
-Vidal, no vayas por ahí.
Vidal, no vayas por ahí, que nos metemos en un lío.
¿Prefieres que vuelva a matar a alguien?
A Belén, por ejemplo.
Es tan sencillo como ponerle... No.
Hablaré con Lidia para que te dé el día libre, ¿vale?
¿Estás bien?
¿Tú qué crees?
¿Qué ha pasado, Natalia?
Pues, que pensé que me quería, pero he sido un pasatiempo más.
¿Habéis roto?
Para romper, deberíamos haber sido algo.
Mira, quizás sea lo mejor.
Que lo hayan soltado no significa que no haya hecho nada.
Es inocente.
Escúchame.
Natalia, si ha sido él quien te ha empujado, deberías denunciarlo.
Hay testigos que os han visto discutir.
No.
Ha sido un accidente, te lo he dicho.
Natalia, sabemos que Daniel robaba la misma droga con la que atacaron a Víctor, a Sara y a Isabel.
No deberías protegerle.
¡Que él no ha hecho nada!
¿Cómo estás tan segura?
Pues, porque... [Belén] ¿Qué?
Natalia, ¿hay algo que no le hayas dicho a la policía?
Le prometí a Daniel que no lo contaría.
Mira... Ah, después de todo lo que te ha hecho, no creo que le debas nada.
Daniel está enfermo.
[suena música dramática] No sabía nada.
¿Cómo te has enterado?
Eso es lo de menos.
Lo importante es que tiene que cesarlo de su puesto.
No podemos poner en riesgo la salud de nuestros pacientes.
Nadie va a poner en peligro la salud de un solo paciente del Montalbán.
Eres una de nuestras mejores doctoras, pero... No va a cesarlo.
Primero tengo que hablar con él.
Daniel vive de su ego.
Jamás va a aceptar que tiene un problema.
Entonces, será tu palabra contra la suya.
O sea que no me cree.
Solo te pido un poco de paciencia.
Si lo que dices es verdad, no tardaremos en saberlo.
Pero no puedo destituirle precisamente ahora.
Pero nuestros pacientes tienen derecho a saber en manos de quién están.
Todos estamos en el ojo del huracán, doctora Yagüe.
Si el doctor Legarra es despedido ahora, todo el mundo creerá que es culpable.
Es un peligro en el quirófano.
¿Y qué es lo que propones?
¿Contarle a todo el mundo lo que le pasa y exponernos a que nos demande?
O lo que es peor, que nos demanden todos los pacientes que han sido operados por él.
¿Es eso lo que quieres?
¿La ruina de este hospital?
Al final, todo se reduce a lo de siempre.
Lo de siempre es lo que paga tu nómina todos los meses, querida.
Si no te gusta cómo me esfuerzo en conseguir que no dejes de cobrarla, ya sabes dónde tienes la puerta.
Bien.
[suena música emotiva] [se cierra puerta] La doctora Yagüe se ha enterado.
-¿Cómo lo sabe?
-[Adela] No lo sé, pero no voy a poder aguantar esto mucho más.
Ve haciéndote a la idea.
Se te acaba el tiempo.
[suena música dramática] -[Lidia] ¿Te vas ya, Belén?
-[Belén] Sí, sí.
Me ha surgido un imprevisto.
¿Podemos hablar un momento?
No voy a permitir que me jodas la vida.
¿Me oyes?
-Suéltame.
-¿Se puede saber qué coño vas diciendo por ahí?
¿Eh?
¿Tú quieres volver al calabozo?
Sigue agarrándome como lo estás haciendo.
[Daniel] ¿A ti quién te ha dicho que yo estoy enfermo?
¿Eh?
No creo que te importe.
-Es mentira.
-¿Sí?
Para ser mentira, te veo bastante alterado.
Estamos hablando de mi prestigio, ¿eh?
-¿Cómo quieres que esté?
-Preocupado, Daniel, pero por la vida de tus pacientes.
Deberías dejar el quirófano y empezar un tratamiento.
[Daniel] Eso es lo que a ti te gustaría, ¿verdad?
-Eres una trepa, Belén.
-Y tú un engreído que prefiere poner en riesgo a sus pacientes antes que reconocer que tiene un problema.
¡Yo no tengo ningún problema!
¿Me oyes?
-¡Suéltame!
-¿A quién crees que va a creer Adela?
¿Eh?
¿A ti o a mí?
Tú, sigue extendiendo falsos rumores y acabo contigo.
-¿Me oyes?
-Como hiciste con Catherine -y con Isabel, ¿no?
-¡Ah!
¿Todo bien, doctora Yagüe?
Sí.
Todo bien, enfermero.
Ya hemos acabado.
[suena música emotiva] ¿Se puede saber qué ha pasado?
Daniel robaba la escopolamina porque está enfermo, ¿verdad?
¿Cómo sabes eso?
¿Qué más da?
¿Está enfermo?
¿Sí o no, Víctor?
Mira, he empezado una guerra, y necesito saber si tengo razón o si estoy jugándomela por nada.
Si lo sabes, es porque está fuera del secreto de la investigación.
[resuello] Gracias.
[suena música emotiva] -[Víctor] ¿Adónde vas?
-A mi casa, lejos de este agujero.
¿No irás a abandonar después de todo lo que ha pasado?
No lo sé.
Quizá tu comisario tenga razón.
Quizá debería, debería aceptar es as vacaciones.
Te necesitamos aquí.
¿Quién te dijo lo de la enfermedad de Daniel?
Natalia.
¿Ves?
A nosotros no nos lo contó.
Tú puedes ser nuestros ojos, nuestros oídos.
Pero te necesitamos aquí, Belén.
Contigo tenemos más posibilidades de encontrar a Catherine.
Hay algo que no os he contado.
Hace unos días hablé con Miguel Manrique sobre la muerte de Isabel.
Necesitaba saber si tenía algo que ver con su muerte o si sabía algo.
¡Yo qué sé!
¿Qué te dijo?
[Belén exhala] Él cree que todo esto que está pasando tiene que ver con algo que sucedió dos o tres semanas antes de desaparecer Catherine, el día de su cumpleaños.
[Víctor] ¿El día de su cumpleaños?
- ¿Qué pasó?
-No lo sé, ni el tampoco.
Pero está seguro de que ese día pasó algo extraño.
[Víctor] ¿Hablaste con Isabel ese día?
[Belén] No.
Y es raro, porque hablábamos todos los días.
Pero ese día le envié un par de mensajes y no me los contestó.
Y aparte de eso, ¿algo más?
Según Miguel, ese día Isabel estaba rara.
La vio discutir con Catherine.
Vio como Daniel Legarra mediaba entre ellas y como todos iban juntos.
Nunca supo lo que pasaba.
¿Ves cómo eres más útil dentro que fuera?
Esto nos puede ayudar mucho.
Gracias.
¡Víctor!
[Víctor] ¿Hmm?
Cuando llegaste al hospital, esa pose tuya de tirarme los trastos, ¿era una táctica policial?
¡Hmm!
¿Y tú?
Yo, ¿qué?
¿Esa pose de hacerte la dura y de darme caña?
¿Me odiabas de verdad o era una táctica?
[risas] [Belén] Yo no me hago la dura.
Lo soy.
[risas] [suena música emotiva] [chirrido de llantas] [suspiro] Será mejor que volvamos al trabajo.
Sí.
He hablado con Belén.
Ha estado a punto de abandonar, pero la he convencido para que se quedase.
¿Te acuerdas la conversación que tuvo con Miguel que nos jodió la máquina de rayos?
Sí, sí.
Él dijo que dos o tres semanas antes de la desaparición de Catherine pasó algo.
[Víctor] Me ha dicho el día concreto.
Dice que Isabel estaba rara y que Miguel la vio discutir con Catherine, y Daniel Legarra medió entre ellas.
¿Algo más?
Eh, ¿te parece poco?
Quizás tengamos el origen de todo.
Voy a buscar en los informes, a ver si pasó algo ese día.
¿Qué día?
En el cumpleaños de Catherine, ¿no?
Llámame si te enteras de algo.
[suena música de suspenso] [suena música dramática] [Víctor sopla] [timbre de teléfono] -¿Sí?
-[Víctor] Vidal, ¿tú sabes si mi padre ha pedido permiso para poner micros en el coche de la doctora Yagüe?
[Rafael] Que yo sepa, desde que el franchute y tú pusisteis los micros, no se han vuelto a colocar -ninguno más.
-¿Seguro?
¿Quieres que lo confirme con tu padre?
No, no, no, no.
Ven al hospital ahora mismo.
No le digas nada a nadie.
¿Pasa algo, hijo?
[Víctor] Ven.
[exhalación] Víctor, he estado mirando en los archivos del hospital de ese día.
¿Y?
A primera vista, nada fuera de lo normal.
Una muerte en planta y otra en quirófano, pero por las autopsias, no parece haber nada extraño.
¿Pudieron manipularlas?
Habrían pasado por las manos de Miguel y... Bueno, si él las manipuló, ¿por qué iba a hablar de esa fecha?
Mira, olvídate de todo eso.
Quizás solo quería confundir a Belén y echar balones fuera.
Víctor, ¿pasa algo?
No.
Todo bien.
[suena música dramática] [Rafael] ¡Qué cabrones esos gabachos!
Mucha fraternidad, mucha igualdad, pero nos la han metido doblada.
Esta gente solo quiere salvar su culo.
Tenemos que detener a Miguel cuanto antes.
Ya sabéis lo que pienso.
No lo voy a repetir más veces.
-Que si Casas se entera... -Debería ponernos una medalla.
¿O qué vamos a hacer?
¿Esperar que lo detengan los franchutes y se apunten ellos el tanto?
Vale.
Hagámoslo a tu manera.
[suena música dramática] [suena música dramática] [Miguel] Gracias.
[timbre de teléfono] Recibido.
[respiración profunda] [Alain] ¿Qué haces?
Eh, te estaba buscando.
Van a hacer un registro a Miguel.
-¿Aquí?
-Sí.
Vidal está a punto de llegar.
[timbre de teléfono] Pero pensaba que no íbamos a hacer nada hasta que, hasta que Miguel cometiera un error.
-¿Sí?
-[Rafael] El forense está entrando.
Gracias.
¡Hmm!
Pues, ya ves, cambio de planes.
[suena música dramática] En el cajón de su escritorio.
Perfecto.
La caballería llega en cinco minutos.
[suena música de suspenso] [marcación de teléfono] Commissaire Leduc, ¿sabía algo de un registro?
¿Un registro?
¿Dónde?
Víctor dice que Vidal viene a hacer un registro en el despacho de Miguel.
Merde!
¿Por qué hacen un registro?
No lo harían si no supieran que van a encontrar algo.
No se mueva de ahí.
Ahora le llamo.
-[Miguel] ¿Qué haces?
-Eh.
Nada.
Solo buscaba el, eh, el informe de, de la autopsia de ayer.
Y no sé por qué, pero creo que me, me olvidé de firmarlo.
Pues, ya están entregados.
Ya.
Pues, voy a, a comprobarlo.
[suena música dramática] [Adela] Buenos días, agentes.
[Rafael] Buenos días, doña Adela.
Desgraciadamente, no tengo mucho tiempo -para usted.
-No se preocupe, inspector.
Después de tanto tiempo, no tengo la más mínima esperanza de que me explique qué se trae entre manos.
Nos vamos conociendo, doña Adela.
-Nos vamos conociendo.
-Lo que no puede evitar es que les acompañe.
¡Claro que no!
Venga con nosotros, que las victorias con público se disfrutan mucho más.
¿Los franceses no saben llamar a la puerta?
¿Y los españoles saben trabajar en equipo?
¿Por qué ha autorizado a Vidal a hacer un registro -sin decirme nada?
-¿De qué está hablando?
-¡Yo no he autorizado nada!
-Alain acaba de llamarme.
Van a registrar el despacho de Miguel Manrique.
¿Cómo?
[marcación de teléfono] [timbre de teléfono] ¿Se puede saber qué pasa?
Tenemos razones para creer que una persona de este departamento está involucrada en el asesinato de Enrique Méndez.
¿Cómo?
¿El marido de Isabel?
Lo que oye, señora.
¡Eso es absurdo!
No me haga hablar, doctor Manrique.
-¿Hmm?
-No me haga hablar.
Y ahora, si no les importa, por favor... [suena música dramática] Miguel, dime que tú no tienes nada que ver con este asunto.
Doña Adela, yo le juro que no sé de qué va a esto.
[Alain] ¿Qué pasa?
[policía hombre] Nada.
-[policía mujer] Inspector... -[Rafael] ¿Cómo que nada?
[policía mujer] Tiene restos de sangre.
[Adela] Parece que han encontrado algo.
¡Esa es mi mesa!
Inspector, ¿qué pasa?
Lo siento, hijo, pero tienes que acompañarnos a comisaría.
¿Qué?
Estás detenido.
[suena música dramática] ¿Qué cojones estás haciendo, Vidal?
No tengo ni puñetera idea.
Pero no te preocupes, que saldremos de esta.
¡Venga!
¡Vamos!
[suena música dramática] [Sophie] Han alterado la escena del crimen, han manipulado pruebas y han culpado a un inocente.
Yo no presento la denuncia y usted da un paso atrás.
¿Quiere que renuncie al caso?
[timbre de teléfono] ¿Sí?
¿Quién es?
Sé que mataste al marido de Isabel.
Dile a doña Adela que se me está agotando la paciencia.
Que o me saca de aquí ya, o llevo a la policía al jardín.
Ni una palabra a los españoles.
Pero ellos pueden ayudarnos a investigarlo.
Si defiendes tanto a Alain es porque sabes -que no es el asesino.
-Sabemos que Miguel Manrique es el asesino de Enrique Méndez.
-¿Qué?
-[Laura] La coincidencia entre las huellas es de 95 %.
No hay duda, se trata de la persona que estábamos buscando.
[Sophie] Estoy buscando a Elena Manrique.
-[Elena] Sí, soy yo.
-[Sophie] ¿Podemos hablar -en privado?
-[Elena] Sí, claro.
Pase.
La policía no para de sacar basura.
Es cuestión de tiempo que descubran la nuestra.
Ginés amenaza con contarlo todo.
Ve al jardín y deshazte de todo.
¡La policía viene a por mí!
[respiración dificultosa] ¡Van a detenerme!
[respiración dificultosa] Sal, sal de ahí.
Escápate.
¿Han matado a Enrique?
-¿Cuándo ha sido?
No, no... -[Belén] No lo sé.
-Dímelo tú.
-¡Yo no soy un asesino!
[respiración dificultosa] ¿Qué hace?
Support for PBS provided by: